Palabras de espiritualidad

Ayuno y oración: juntos, nos llevan a Dios

    • Foto: Andrei Agache

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La oración, para ser aceptada o, mejor dicho, para ser eficaz, debe acompañarse del ayuno.

Después de descender del Tabor, en donde se transfiguró, el Señor se encontró con un hombre cuyo hijo era lunático. Atendiendo los ruegos de aquel padre, nuestro Señor sanó al muchacho. Sin embargo, los apóstoles preguntaron: “¿Por qué nosotros no pudimos echar a ese demonio?”. Entonces, Jesús les respondió: “Porque ustedes tienen poca fe... Esta clase de demonios sólo se puede expulsar con la oración y el ayuno” (Mateo 17, 20-21; Marcos 9, 28-29).

De estas palabras podemos aprender una gran verdad: la oración, para ser aceptada o, mejor dicho, para ser eficaz, debe acompañarse del ayuno. Oración y ayuno son como dos alas que nos ayudan a elevarnos a las alturas de la vida espiritual, acompañados permanentemente del don de Dios.

(Traducido de: Protosinghel Nicodim Măndiță, Învățături despre rugăciune, Editura Agapis, București, 2008, p. 97)

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