Palabras de espiritualidad

“¿Caer y volver a levantarse?”

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

¡Qué forma tan terrible de retorcer las palabras de los Padres! Con esas palabras, ellos querían apartar la desesperanza de quienes pecan y no alentarles a seguir pecando. sabiendo que, al arrepentirse y confesar sus faltas, siempre serían perdonados.

Que no te engañe, hermano, ese pensamiento: «Si los Santos Padres dicen: “Cae y levántate”, es que debemos levantarnos cada vez que caigamos, y así nos salvaremos. ¿En esto consiste la contrición, en caer, levantarse y después volver a caer?». ¡Qué forma tan terrible de retorcer las palabras de los Padres! Con esas palabras, ellos querían apartar la desesperanza de quienes pecan y no alentarles a seguir pecando. sabiendo que, al arrepentirse y confesar sus faltas, siempre serían perdonados. ¡Mantengamos lejos cualquier idea semejante a esa!

Por eso, San Isaac nos explica: “El coraje que los Santos Padres quisieron insuflarnos con sus divinos escritos... no debe convertirse en justificación para pecar. Lo que ellos querían era echar de nuestra mente el temor a la desesperanza, justamente para que tuviéramos esperanza en la contrición.

Luego, los Padres dijeron: “cae y levántate”, no “levántate y cae”, como lo entiendes tú al revés. Hay una gran diferencia entre ambas expresiones. Caer, levantarte y volver a caer no es ni podría llamarse “arrepentimiento”, como dices tú, sino que es y se llama, en palabras del Santo Apóstol Pedro, que “el perro vuelva a su vómito y la puerca lavada, a revolcarse en el cieno” (II Pedro 2, 22).

El verdadero sentido de esas palabras de los Padres es este: el hombre debe mantenerse, con todas sus fuerzas, lejos del pecado, cuidando de no caer en falta. Si, con todo, cae, por causa de su debilidad como humano y no porque así lo haya deseado, no debe perder la esperanza, sino levantarse inmediatamente, confesar su pecado y arrepentirse sinceramente, sin demora alguna. Porque dice San Juan Climaco: “Es propio de los ángeles no caer. Incluso es imposible que puedan caer, sostienen dicen algunos. Pero es propio de los hombres caer y levantarse nuevamente, cuantas veces sea necesario. Sólo los demonios son incapaces de levantarse jamás después de caer”.

(Traducido de: Sfântul Nicodim Aghioritul, Despre metanie – pocăință, Editura Panaghia, p. 48-49)