Preguntado por un joven sobre la forma en que debería elegir su compañera de vida, y los criterios para reconocer a su “alma gemela”, San Paisos le recomendó “preocuparse en buscar una muchacha buena, que le hiciera descansar espiritualmente, porque a cada uno lo hace descansar otro carácter”.

Y ese sentimiento de “descanso” o de “paz” no se manifiesta sólo físicamente, sino también en el alma, cubriendo, de esta forma, la entera existencia de la persona.

(Traducido de: Pr. Prof. Dr. Ioan C. Teșu, Familia contemporană ‒ între ideal și criză, Editura Doxologia, Iași, 2011, p. 52)