Palabras de espiritualidad

¡Dame, Señor, Tu perdón y salvación!

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Solamente si entiendes que te hallas sumido en las tinieblas de los pecados, empezarás a desear la luz. Solamente entendiendo y sintiendo que estás enfermo, se despertará en ti el anhelo, el deseo y la espera de un Salvador.

Querido lector, no olvides lo que voy a decirte: el principio de tu salvación radica en las palabras: “¿Adán, en donde estás?”, es decir, que puedas darte cuenta que estás perdido en el pecado y que solamente un Salvador te puede liberar. El Señor te pide que seas consciente del estado espiritual en el que te encuentras, que eres un Adán engañado o una Eva embaucada por el maligno. Él te pide que veas que te hallas al fondo de un abismo del cual no puedes salir solo. La Biblia dice que, después de haber pecado, Adán y Eva se dieron cuenta de su estado de pecado, “y se escondieron por vergüenza”.

Lo mismo tú, hermano, debes ser consciente de tu estado de pecador. Solamente si entiendes que te hallas sumido en las tinieblas de los pecados, empezarás a desear la luz. Solamente entendiendo y sintiendo que estás enfermo, se despertará en ti el anhelo, el deseo y la espera de un Salvador. Entonces, lleno de rubor, cúbrete el rostro con las manos y pídele al Señor que te conceda Su perdón y salvación. Si haces esto, nuestro Señor Jesucristo te sacará del abismo de la perdición, porque Él “vino a buscar y salvar a aquel que está perdido”.

(Traducido de: Preotul Iosif TrifaCitiri și tâlcuiri din Biblie, Editura Oastea Domnului, Sibiu, 2010, p. 105)