Palabras de espiritualidad

Dar y recibir. De la relación entre deberes y derechos

    • Foto: Silviu Cluci

      Foto: Silviu Cluci

Tristemente, el hombre tiende a buscar —en la medida en que sea posible— el modo de tener sólo derechos, sin obligaciones

Cada día, voluntaria o involuntariamente, nos confrontamos con estos dos aspectos de la vida. Desde luego, el deber nos desagrada de alguna forma, sobre todo porque, usualmente, tiene una relación directa con la disciplina... En cambio, los derechos nos producen un fuerte agrado. Y los preferimos, porque nos ofrecen provecho, placer y hasta diversión. Tristemente, el hombre tiende a buscar —en la medida en que sea posible— el modo de tener sólo derechos, sin obligaciones. Y todo esto es causado por su egoísmo, su narcisismo, su autosuficiencia y su amor a los placeres. Quiere solamente recibir. Con trabajo da algo. Dar significa sacrificarte.

Muchas veces, el hombre cumple con su deber, sin sentir nada en su corazón... Precisamente por eso, muchas veces finge desconocer cuál es su deber. Sin embargo, cuando se trata de derechos, los conoce muy bien y hasta de memoria. Y, cuando alguien le limita sus derechos, los defiende fanáticamente. No obstante, sin obligaciones tampoco podrían existir los derechos. De lo contrario, todo se volvería un caos, porque la vida consiste en dar y recibir. Si das, recibes.

(Traducido de: Părintele Timotei Kilifis, Tinerețe curată, tinerețe frumoasă, Editura Cartea ortodoxă, 2007, p. 123)