Palabras de espiritualidad

De cómo reconocer al cristianismo por su discreción

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Quien no agradece el bien que se le ha hecho, comete un gran pecado. Pero más grande es el pecado de aquel que espera que le agradezcan por el bien que hizo.

Hablemos de la elegancia y la discreción del cristianismo. He aquí algunas pruebas:

- Quien no agradece el bien que se le ha hecho, comete un gran pecado. Pero más grande es el pecado de aquel que espera que le agradezcan por el bien que hizo.

- Es conveniente que el hombre que ayuna se unja el cabello y se lave la cara.

- Quien quiera practicar la oración, que se encierre en su habitación y que cierre la puerta.

- Al ayudar a los demás, que la mano izquierda no sepa lo que hace la diestra.

- Quien sea convidado a cenar, que se siente en el extremo más apartado de la mesa.

- Que nadie ejerza coerción sobre su hermano, ni siquiera para hacerle el bien.

- Ni siquiera Dios entra sin que le llamen.

- Quien sirva al demonio, que al menos en esto sea fiel (Lucas 16, 11).

(Traducido de: Nicolae SteinhardtJurnalul fericirii, Editura Mănăstirii Rohia, Rohia, 2005, p. 332)