Palabras de espiritualidad

De la forma en que podemos alcanzar la paz del alma

    • Foto: Ioana Zlotea

      Foto: Ioana Zlotea

La paz absoluta es la cruz en la que el hombre tiene que crucificarse a sí mismo, junto con todas sus pasiones.

San Barsanufio nos enseña: “Mientras surca las aguas del mar, la barca tiene que hacer frente a la ira de los vientos. Sin embargo, cuando alcanza la pacífica seguridad del puerto, desaparece el temor a los peligros y las tormentas, porque ahora todo es serenidad. Lo mismo pasa contigo, hermano monje: mientras estés en el mundo, lo único que encontrarás serán aflicciones, infortunios y la embestida de los vientos de la mente. Pero, cuando te retires a la vida serena y solitaria, dejarás de temerle a tal lucha”.

La paz absoluta es la cruz en la que el hombre tiene que crucificarse a sí mismo, junto con todas sus pasiones. Piensa que también nuestro Señor Jesucristo aceptó ser clavado en la Cruz, después de soportar toda clase de calumnias y sufrimientos. Luego, en lo que nos concierne, no es posible esperar llegar a la perfección, si no sufrimos junto con Cristo.

Quien quiera esforzarse para alcanzar la paz más perfecta, tiene que recordar todo el tiempo el propósito de su afán, para que su corazón no se desvíe hacia algo distinto.

(Traducido de: Un serafim printre oameni – Sfântul Serafim de Sarov, traducere din limba greacă Cristian Spătărelu, Editura Egumenița, 2005, pp. 318-319)