Palabras de espiritualidad

De los peligros de las “creencias” modernas como el New Age

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

El camino espiritual cristiano pone en su centro a la persona divino-humana de Cristo, sin ninguna clase de relativismo y sin hacer ninguna semejanza con otros “maestros” de la humanidad. En Su calidad de Dios devenido en Hombre, Cristo es absolutamente único.

¿Qué implicaciones puede tener el fenómeno New Age en el futuro?

—Como denominación, el movimiento New Age es un fenómeno relativamente reciente, aunque tiene raíces mucho más antiguas. Es un movimiento influenciado por las religiones orientales, que son el resultado del debilitamiento de la fe cristiana. Ahí donde la Iglesia está viva, creo que el New Age no tiene cómo ejercer la más mínima influencia sobre las personas.

El New Age es una suerte de búsqueda espiritual para quienes han perdido las raíces cristianas en la Iglesia. Y creo que en este punto tenemos que hacer una diferencia, porque hay elementos positivos y elementos negativos, y en este, digamos, vacío espiritual en el que vivimos, hay una búsqueda por superar el racionalismo y la vida inclinada al materialismo. De igual forma, hay un redescubrimiento del sentido de lo sacro. Todos estos elementos son positivos en sí mismos. Pero cuando se inclinan a lo New Age, nos apartamos completamente de la Iglesia.

Estamos hablando de una búsqueda espiritual, en la cual el hombre quiere hacerse Dios por sí mismo. Luego, en realidad, es una forma de gnosticismo que puede llegar a parecerse al paganismo, con aspectos como el culto a la naturaleza, la astrología, la magia y todas esas formas de “espiritualidad” y creencias que están muy lejos de la tradición espiritual de los países ortodoxos.

El camino espiritual cristiano pone en su centro a la persona divino-humana de Cristo, sin ninguna clase de relativismo y sin hacer ninguna semejanza con otros “maestros” de la humanidad. En Su calidad de Dios devenido en Hombre, Cristo es absolutamente único, en tanto que el movimiento New Age pretende crear un tipo de super-religión, con elementos prestados de distintas creencias, en una suerte de sincretismo total. Y esto, para nosotros, los cristianos, es un reto muy peligroso, porque el New Age es un estado de espíritu que se infiltra por todas partes, sin que apenas te des cuenta. Puedes decir: “Yo soy cristiano”, y al mismo tiempo adoptar una mentalidad propia del New Age. Con esto, aunque sigas siendo “cristiano” en lo exterior y en lo formal, tu forma de pensar y de actuar, e incluso tu misma forma de orar pueden dar a entender que eres parte de un universo totalmente diferente al universo cristiano.

A menudo, en los países occidentales vivimos en un estado de individualismo extremo. Es como vivir en un supermercado, donde cada uno se crea su propia fe personal. Tomas un poco de aquí, otro poco de allá, hasta hacer tu propia “ensalada oriental”. Esta es una muestra de la mentalidad moderna que, en esencia, no es más que el rechazo a todo lo que suene a tradición. Y cada uno, rechazando toda norma y toda tradición, se siente capaz, según él, de guiarse a sí mismo. (Padre Simeón de Essex)

(Traducido de: Celălalt Noica – Mărturii ale monahului Rafail Noica însoțite de cîteva cuvinte de folos ale Părintelui Symeon, ediția a 4-a, Editura Anastasia, 2004, pp. 171-172)