Palabras de espiritualidad

“¿Dónde comenzaré a lamentar los hechos de mi miserable vida?”

    • Foto: Stefan Cojocariu

      Foto: Stefan Cojocariu

Evidentemente, en este primer tropario, así como en el segundo y en otros más, la lamentación es la característica del Gran Canon.

“El es mi socorro y refugio y se ha hecho mi salvación. Es mi Dios y le glorificaré, Dios de mis padres, y le ensalzaré, porque gloriosamente se ha glorificado”

Cada canon tiene como primer canto un hirmos que se refiere siempre al primer canto bíblico de nuestra Iglesaia. Es el himno que el pueblo de Israel le cantó agradecido a Dios, cuando milagrosamente atravesaron el Mar Rojo y se salvaron del ejército del Faraón, que los perseguía. Este cántico aparece en el capítulo 15 del Éxodo. Aquí, San Andrés utiliza el segundo verso de forma intacta y, al final del hirmos, pone el comienzo del himno: “¡Cantemos al Señor, porque con gloria se ha enaltecido!” (verso 1). 

¿Dónde comenzaré a lamentar los hechos de mi miserable vida? ¿Qué inicio daré, Cristo, a esta lamentación? Pero como Tú eres compasivo, concédeme el perdón de mis pecados.

Evidentemente, en este primer tropario, así como en el segundo y en otros más, la lamentación es la característica del Gran Canon. El himnógrafo habla en primera persona, y en otros lugares hace un monólogo, volviéndose hacia su propia alma. Este tropario nos recuerda las expresiones del profeta Jeremías y las que están comprendidas en el libro de las Lamentaciones (Jeremías 9,1, Lamentaciones 1.2, 2.11).

(Traducido de: Simeon KoutsaPlânsul adamic. Canonul cel Mare al Sfântului Andrei Criteanul, Editura Doxologia, Iasi, 2012)