Palabras de espiritualidad

Dos caminos para acercarnos a Dios

    • Foto: Adrián Sarbu

      Foto: Adrián Sarbu

Con su presencia y su labor, el sacerdote es un órgano de la Gracia de Dios.

La paciencia en las aflicciones es una escalera al cielo, una expresión de nuestro esfuerzo ascético. Y la guía permanente de la vida cristiana (ascética y mística), es la oración. Por medio de la oración, el hombre se une en misterio (con amor y entendimiento) con Dios y se descubre a sí mismo humilde, esperando solamente en Dios (y no en los limitados poderes del mundo). Por medio de la oración, el hombre se prepara para su encuentro con nuestro Señor Jesucristo a través de los sacramentos, encuentro que conserva también a través de su oración. La oración y la paciencia en los pesares son las dos vías más cercanas para acercarnos a Dios.

La oración colectiva de los cristianos ortodoxos es la semilla y el fruto del amor entre los hombres. La oración comunitaria es conducida por un enviado de Dios, uno que ha sido santificado por Él, para estimular el amor entre los hombres y el amor entre los hombres y Dios. El sacerdote tiene también este carisma y misión en la Iglesia. Por eso, con su presencia y su labor, el sacerdote es un órgano de la Gracia de Dios.

(Traducido de: Ieromonah Adrian Făgeţeanu, Ieromonah Mihail Stanciu, De ce caută omul contemporan semne, minuni şi vindecări paranormale? Un răspuns ortodox, Editura Sophia, Bucureşti, 2004, p. 74)