Palabras de espiritualidad

El camino del cristiano y su deificación

    • Foto: Benedict Both

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El sentido de la vida del cristiano es la alegría de estar con Dios y llegar a deificarse, sin importar el precio a pagar.

Es imposible alcanzar la perfección inmediatamente. Nuestra salvación y deificación son un proceso que comprende tanto la vida entera como la completa historia del hombre. Cada persona está llamada a prepararse para la vida y perennidad futuras, con su cuerpo y con su alma. Se trata de un proceso que consta de tres etapas: el nacimiento, por medio del Santo Bautismo y el sello del Espíritu Santo con la Crismación; la vida evangélica, por medio de la cual el hombre acciona en libertad con la Gracia recibida en la Iglesia y, al final de este mundo, la resurreción y transfiguración finales.

En su vida evangélica en este mundo, el (alma del) cristiano es dejada por Dios en un cuerpo mortal y pecador, pero liberado del demonio que dominaba en el corazón antes del Bautismo. Ahora el demonio sólo puede atacarle desde afuera, con el cuerpo, especialmente a través de los pensamientos y, si se le deja, se hace un nido en torno al corazón.

La lucha del cristiano es hacer el bien bien por amor a Dios y al semejante, por arrepentimiento del mal cometido por desconocimiento, olvido o dejadez, y con la paciencia ante las aflicciones de esta vida. La presencia y la obra del Señor en el Espíritu Santo, en la vida del cristiano, transforma las tribulaciones vividas en el camino, en puntos de encuentro con la misericordia y su amor a la humanidad, así como en una puerta para entrar en la alegría que Él nos otorgó con Su Cruz. El sentido de la vida del cristiano es la alegría de estar con Dios y llegar a deificarse, sin importar el precio a pagar.

(Traducido de: Monahia Siluana Vlad, Uimiri, rostiri, pecetluiri, Editura Doxologia, p. 75-76)

 

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