Palabras de espiritualidad

El ejemplo de San Jacobo Tsalikis

    • Foto: Bogdan Bulgariu

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A simple vista, el canon o condición para la sanación que él recomendaba parecería muy sencillo de realizar: ayunar durante tres días, orar mucho, refrenarse y pedir que oren por uno en la celebración de la Divina Liturgia.

A pesar de ser muy severo consigo mismo, el stárets Jacobo se mostraba muy comprensivo cuando se trataba de las faltas o debilidades de los demás. Por ejemplo, muchas veces permitía que se consumiera aceite los días miércoles, y otras medidas semejantes, explicándole al encargado del comedor del monasterio que “todas estas personas están agotadas. Han hecho un gran esfuerzo en venir a venerar a San David. ¡No pasa nada, ponles un poco de aceite en la comida!”.

No obstante, daba una especial importancia al ayuno y el equilibrio, al igual que a la asistencia a la iglesia. Siempre les recomendaba a todos que pasaran a la iglesia a orar. A simple vista, el canon o condición para la sanación que él recomendaba parecería muy sencillo de realizar: ayunar durante tres días, orar mucho, refrenarse y pedir que oren por uno en la celebración de la Divina Liturgia, en tres iglesias distintas (práctica conocida popularmente como “abrir tres iglesias”). Esto último lo aconsejaba, conociendo el poder santificador y de perdón de la Santa Eucaristía.

(Traducido de: Stelian PapadopulosFericitul Iacov Țalikis, Starețul Mănăstirii Cuviosului David „Bătrânul”, Editura Evanghelismos, București, 2004, p. 158)