El poder de las oraciones de los padres es tan fuerte, que Dios no puede negarse a atenderlas, por muy pecadores que sean quienes las elevan. Que no se nos olvide nunca que la oración de los padres es muy poderosa ante Dios, porque el amor ferviente lleva a la oración ferviente, y la oración ferviente jamás queda sin ser atendida. 

¿Qué es lo que deben pedir los padres en su oración, en primer lugar?

La esperanza y el esfuerzo principal de los padres debería dirigirse a educar al niño como miembro de la Iglesia en lucha de Cristo. Y Dios cumplirá sus oraciones en el momento debido. ¿Cuándo viene ese momento? Eso no tenemos permitido saberlo.

(Traducido de: Nikolaj Evgrafovich Pestov, Cum să ne creștem copiii: calea spre desăvârșita bucurie, traducere din limba rusă de Lucia Ciornea, Editura Sophia, București, 2005, p. 218)