Palabras de espiritualidad

¿Hasta qué punto nos ayuda Dios en el esfuerzo espiritual?

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

Cuando esa predisposición al orgullo desaparece y el hombre alcanza la salud espiritual, Dios lo libra de las otras pasiones que lo atormentan y lo recompensa por lo profuso de su afán.

Padre, ¿hasta qué punto nos ayuda Dios en el esfuerzo espiritual?

—Hasta el punto en que nosotros lo dejamos que nos ayude. Cuando le pedimos algo y durante mucho tiempo no nos ayuda, debemos cuidarnos del orgullo. Si tenemos algunas pasiones, por ejemplo: la gula, la verborrea, la ira, la envida, etc., al mismo tiempo padecemos también del orgullo. Dios no nos ayuda, porque nosotros mismos impedimos que venga la Gracia. La sola predisposición al orgullo ya impide que Dios nos ayude, aunque nos esforcemos y oremos aún más de lo necesario.

Es imposible que Dios no ayude cuando no hay riesgo de que el individuo se envanezca. Cuando esa predisposición al orgullo desaparece y el hombre alcanza la salud espiritual, Dios lo libra de las otras pasiones que lo atormentan y lo recompensa por lo profuso de su afán.

Por eso, lo que tenemos que hacer es ayudar a Dios a ayudarnos, haciendo humilde nuestra mente. Digamos: “Soy indigno, Señor. ¡Perdóname y ven en mi auxilio!”. Él acude a socorrer al alma que se hace merecedora de esa ayuda, abandonándose en Sus manos con una buena disposición y completa humildad.

Confiemos en que Cristo y la Madre del Señor nos ayudan siempre y nos protegen... pero manteniendo humilde nuestra mente.

Nuestro Dios no es ciego ni sordo como para no poder vernos ni escucharnos, como sí ocurre con Baal.

(Traducido de: Cuviosul Paisie Aghioritul, Trezire Duhovnicească, Ed. Publistar, 2000, pp. 288-289)