Palabras de espiritualidad

¿Hay alquien que no quiera obtener el Reino de los Cielos?

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

El hombre dirá: “Pero, Señor… ¿acaso no te he elevado mis plegarias?”. Sí, has orado, has pedido. Pediste un apartamento, se te concedió; pediste salud, la obtuviste; oraste por tu hija, y se te dio lo que pediste. Pero ¿alguna vez has pedido obtener el Reino de los Cielos? ¡No, no lo necesitas! Entonces, ni siquiera lo recibirás.

Dice el Señor en Su parábola: “Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin tener un traje de boda?... ¡Atadlo de pies y manos y arrojadlo a las tinieblas exteriores! Allí será el llanto y el crujir de dientes” (Mateo 22, 12-13). El hombre dirá: “Pero, Señor… ¿acaso no te he elevado mis plegarias?”. Sí, has orado, has pedido. Pediste un apartamento, se te concedió; pediste salud, la obtuviste; oraste por tu hija, y se te dio lo que pediste. Pero ¿alguna vez has pedido obtener el Reino de los Cielos? ¡No, no lo necesitas! Entonces, ni siquiera lo recibirás.

Lo recibe solamente aquel para quien el Reino de Dios representa el propósito y el sentido de la vida, aquel que ha dedicado toda su existencia a la búsqueda de ese Reino. El que haya dado todo, como un comerciante da todo por una valiosísima perla, ese lo recibirá. Y cuando el Señor vea en el corazón el verdadero anhelo del Reino de los Cielos, cuando vea que ese es el afán del corazón, cuando vea que el hombre quiere ver a su Dios, despreciando las demás cosas de la vida terrenal, solamente entonces se lo dará. Solamente así se puede obtener el Reino de los Cielos.

(Traducido de: Cum să biruim iubirea de arginți, Editura Sophia, București, 2013, p. 46)