Palabras de espiritualidad

¿Hay aún padres y madres que se preocupen por las almas de sus hijos?

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Muchos se esfuerzan con ahínco en darles a sus hijos un buen caballo, una casa hermosa o extensos terrenos, pero no hacen absolutamente nada para que sus retoños tengan un alma buena, sean creyentes y amen a Dios.

Hablemos ahora de algo que mencionara el Apóstol Pablo en una de sus cartas: “si ha criado hijos...” (I Timoteo 5, 10). El Apóstol no se refiere aquí, como muchos piensan, a la mujer que no ha dejado a sus hijos morir de hambre, De todos modos, las leyes de la naturaleza no se lo hubieran permitido y por eso no es necesaria ninguna regla o ley para que las viudas críen a sus hijos. El Apóstol se refiere al cuidado de la virtud, a educar a los hijos en la devoción.

Porque las madres que no crían de esta forma a sus hijos son, más que madres, unas asesinas. Y no me refiero sólo a las madres, sino también a los padres. Muchos se esfuerzan con ahínco en darles a sus hijos un buen caballo, una casa hermosa o extensos terrenos, pero no hacen absolutamente nada para que sus retoños tengan un alma buena, sean creyentes y amen a Dios.

(Traducido de: Sfântul Ioan Gură de Aur, Părinții și educarea copiilor, traducere de Ieromonahul Benedict Aghioritul, Editura Agapis, București, 2007, p. 40)