Palabras de espiritualidad

Hay un llanto más dulce aún que cualquier alegría

    • Foto: Valentina Birgaoanu

      Foto: Valentina Birgaoanu

Los que ríen no se alegran tanto, como lo hacen quienes lloran por sus amigos.

¡Observa los cambios que trae el amor! Cuando uno hace algo por los demás es generosidad, pero el amor lo trasforma en felicidad.

Y, otra vez: hablar mal de los demás es, para algunos, una cosa agradable. Pero luego cuando surge el amor, les muestra que se trata de algo despreciable.

¿Qué decir de la ira? Cuando aparece el amor, es arrancada de raíz. Y si la persona amada entristece a quien le ama, en éste no brotará jamás la ira, sino el llanto, los ruegos y las súplicas. Y si viera a otro pecando, no sentirá sino dolor por él. Pero también este dolor produce gozo. Porque las lágrimas de amor y su tristeza son más dulces que cualquier otra alegría.

Los que ríen no se alegran tanto, como lo hacen quienes lloran por sus amigos. ¿No me crees? Deténles el llanto y verás cómo se sienten ofendidos, como si les hubieras hecho alguna injusticia (Homilía XXXII sobre la I Carta a los Corintios).

(Traducido de: Sfântul Ioan Gură de Aur, Texte alese, volumul I, traducere de Preot Ioan Andrei Târlescu, ediție îngrijită de Ieromonah Porfirie Nichita, Editura Bunavestire, Bacău, 2012, p. 46)