Palabras de espiritualidad

La belleza del amor cristiano

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

Y, ciertamente, ¿qué razón podrías argüir para dejar de amar a tu semejante? ¿Que mientras tú le amabas, él te insultaba? ¿O que, ayudándolo tú, él sólo buscaba cómo dañarte?

El amor que tiene como razón y fundamento a Cristo, es perseverante e imperecedero.

Nada puede destruirlo, ni las calumnias, ni los problemas, ni siquiera las amenazas de muerte. El que siente amor cristiano, aunque sufra incontables disgustos por parte de alguien, no deja de amarle, porque no se deja guiar por los vicios del otro, sino por el Amor, por Cristo. Precisamente en esto consta el amor cristiano, como decía Pablo, un amor que nunca muere.

Y, ciertamente, ¿qué razón podrías argüir para dejar de amar a tu semejante? ¿Que mientras tú le amabas, él te insultaba? ¿O que, ayudándolo tú, él sólo buscaba cómo dañarte? Pero si le amas en Cristo, todas esas razones no te harán odiarle, sino amarle mucho más. Porque todo eso que puede destruir el amor ordinario, nacido del interés, fortalece, al contrario, el amor cristiano. ¿Cómo? En primer lugar, porque el que se porta groseramente contigo, te ayuda a recibir recompensa de parte de Dios; y en segundo lugar, porque, tratándote así, demuestra no sólo que está enfermo espiritualmente, sino también que necesita de tu compasión y ayuda.

(Traducido de: Sfântul Ioan Gură de Aur, Problemele Vieții, traducere de Cristian Spătărelu și Daniela Filioreanu, Editura Egumenița, pp. 131-132)

 

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