Palabras de espiritualidad

La contrición nos purifica interiormente

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

¿Cómo podríamos osar vanagloriarnos ante aquellos que probablemente se arrepentirán y recibirán el perdón de sus faltas, por parte de nuestro Todopoderoso Dios? No olvidemos que solamente el arrepentimiento sincero y profundo nos purifica ante Dios.

No nos envanezcamos delante de nadie, más bien acordémonos siempre de nuestros pecados y aprendamos a amar a nuestros semejantes, desde el primero hasta el último de ellos, porque no sabemos en qué estado se encuentran sus corazones ante Dios. Si revisamos las distintas hagiografías, encontraremos un sinfín de casos de malhechores que, después de llevar una vida de pecado, habiendo recibido la influencia de la Gracia de Dios, han renunciado a ese oscuro pasado y, con la cabeza agachada, han entrado al monasterio, para dar paso a una prolongada contrición. Y, Dios, por Su misericordia, ha aceptado su arrepentimiento y los ha redimido por completo, de manera que muchos de ellos se han hecho dignos de recibir el don de obrar milagros.

Entonces, ¿cómo podríamos osar vanagloriarnos ante aquellos que probablemente se arrepentirán y recibirán el perdón de sus faltas, por parte de nuestro Todopoderoso Dios? No olvidemos que solamente el arrepentimiento sincero y profundo nos purifica ante Dios.

(Traducido de: Sfântul Luca al CrimeeiLa porțile Postului Mare. Predici la Triod, Editura Biserica Ortodoxă, București, 2004, p. 10)