Palabras de espiritualidad

La Encarnación del Hijo de Dios

    • Foto: Stefan Cojocariu

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Translation and adaptation:

La Encarnación fue el acto supremo de la compasión divina, completamente adecuado y propio de Dios.

Antes de la controversia nestoriana, la Iglesia se opuso a tres interpretaciones erradas de la persona y obra de Cristo: (1) Cristo fue un ser divino y, en consecuencia, no pudo haber sufrido (docetismo); (2) Dios Padre asumió, temporalmente, la forma del Hijo sufriente, con el precio de Su divinidad y trascendencia plenas (patripasianismo); (3) Cristo experimentó la transformación, el nacimiento, la pasión y la muerte; en consecuencia, no pudo haber sido completamente divino (arianismo). Después de eliminar esas tres opiniones extremas, la Iglesia afirmó que el Hijo de Dios sufrió en realidad y no sólo en apariencia; que el Hijo se encarnó y sufrió, mas no el Padre; y que al haber experimentado el sufrimiento Su divinidad no se vio disminuida, porque la Encarnación fue el acto supremo de la compasión divina, completamente adecuado y propio de Dios.

La justificación de la Encarnación como acto digno de Dios es un tema común de las apologéticas cristianas en contra de los paganos inclinados a la filosofía, cuya concepción sobre Dios no admitía la posibilidad que Él mismo se hubiera ofrendado.

(Traducido de: Paul Gavrilyuk, Pătimirea Dumnezeului Nepătimitor. Dialecticile gândirii patristice, Traducere de Dragoş Dâscă, Editura Doxologia, 2013, p. 38)