Palabras de espiritualidad

La forma de llegar a la devoción

    • Foto: Tudorel Rusu

      Foto: Tudorel Rusu

Los Santos Padres dicen que para llegar a la devoción, debes vivir o tener relación con otros que sean devotos y estar atento a la forma en que se comportan.

¿Cómo alcanzar la devoción, Padre?

—Los Santos Padres dicen que para llegar a la devoción, debes vivir o tener relación con otros que sean devotos y estar atento a la forma en que se comportan. San Paisos el Grande, cuando fue preguntado por alguien: “¿Cómo alcanzar el temor de Dios”, respondió: “Júntate con otros que amen a Dios y le teman, para que puedas alcanzar tú también el temor de Dios. Desde luego, esto no significa sólo hacer exteriormente lo que veas que hacen ellos, sin sentir nada en tu interior, porque esto no sería una devoción verdadera, sino una falsa. Y la mentira es repugnante. La devoción es un don de Dios, en el interior del hombre. Cualquier cosa que haga el devoto, lo hará porque así lo siente en su interior. Claro está, en nuestro interior hay una devoción natural, pero si el hombre no la cultiva, viene el demonio y lo arroja, con la desidia, a la indiferencia y la falta de fervor. No obstante, viendo el comportamiento de otro que sí es devoto, aquel fervor perdido se enciende nuevamente en su interior..

Padre, ¿por qué los Santos Padres dicen solamente de la devoción que, si quieres obtenerla, debes relacionarte con quienes la experimentan en verdad? ¿Por qué no dicen lo mismo de otras virtudes?

—Porque la devoción se transmite. Los movimientos y el comportamiento del devoto se transmiten como el aroma, cuando, de forma natural, el otro (que la busca) tiene una buena intención y es humilde. Voy a decir algo más: si la persona no tiene devoción, no tiene nada. El devoto ve con pureza todo lo que ha sido santificado, tal como es en realidad, aunque no haya leído mucho. Y no se equivocará, por ejemplo, en lo que respecta a las normas divinas. Es como un niño pequeño, incapaz de pensar algo malo sobre su padre o su madre, porque los ama, los respeta y conoce todo lo que ellos hacen por su bien. ¡Con mayor razón, entonces, cuando se trata de Dios, Quien no puede compararse con nada y es perfecto en todo! El que carece de devoción suele caer en error, aún en lo que respecta a los dogmas.

(Traducido de: Cuviosul Paisie Aghioritul, Cuvinte duhovnicești, vol.2: Trezvie duhovnicească, traducere de Ieroschimonah Ștefan Nuțescu, Ed. a 2-a, Editura Evanghelismos, București, 2011, pp. 143-144)