Palabras de espiritualidad

La ley del amor de Dios, según San Juan Crisóstomo

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Por eso, Dios dispuso esta ley de amor, para que nos mantuviéramos unidos.

Dios podría alimentar a los pobres aún sin el concurso de nuestra caridad, pero, para unirnos en el amor y tener una abnegación más fuerte entre nosotros, dispuso que nosotros fuéramos quienes tienen que alimentarlos (Homilía XXXII sobre la I Carta a los Corintios).

Por eso, Dios dispuso esta ley de amor, para que nos mantuviéramos unidos (Homilía XXXIII sobre la I Carta a los Corintios).

Dios unió a cada uno de nosotros, a nuestra naturaleza, a nuestra familia, a nuestro idioma y a nuestro lugar de origen (Homilía XXXIV sobre la I Carta a los Corintios).

Desde el inicio, Dios utlizó distintos métodos para plantar el amor en nuestro interior. Y, para esto, por toda la humanidad, se valió de Adán. ¿Por qué no fuimos creados todos de una sola vez? Para que el procrear hijos, criarlos y todo lo que significa engendrar nos uniera a todos. Por esta razón, Eva no fue creada del polvo, de la tierra. Porque no era suficiente hacernos creer, para tener comunión entre nosotros, que somos de la misma naturaleza, si no hubiéramos tenido el mismo ancestro; esta es la explicación de por qué Dios actuó así. Porque, si ahora, cuando solamente la distancia nos separa, nos creemos ajenos los unos de los otros; pero, si nuestra naturaleza hubiera tenido dos comienzos, con mayor razón habría ocurrido esto. Por eso, con una sola “cabeza” unió el cuerpo de toda la humanidad.

(Traducido de: Sfântul Ioan Gură de Aur, Texte alese, vol. 1, traducere de Preot Ioan Andrei Târlescu, ediție îngrijită de Ierom. Porfirie Nichita, Editura Bunavestire, Bacău, 2012, pp. 21-23)