Palabras de espiritualidad

La mujer: cimiento en la construcción y sostén de la familia

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Es interesante que la mayoría de divorcios, en el mundo entero, se ejecutan por iniciativa de las mujeres. ¿Por qué? ¿No les parece extraño? Las mujeres tuvieron, a lo largo de los siglos, un rol completamente opuesto, ¡el de centinelas del hogar familiar! Esto significa que algunos cambios dramáticos han sucedido en la psicología y en el carácter de la mujer, si la institución familiar ha empezado a derrumbarse, enterrando a todos bajo sus ruinas: hombres, niños y, desde luego, a las mismas mujeres.



 

El siglo XX ofreció posibilidades inéditas para las mujeres, pero, a la vez, las recargó con el peso de otras responsabilidades más grandes. Recibiendo derechos similares a los de los hombres, las mujeres consiguieron optar al estudio, a trabajar, a participar en la política, a decidir independientemente su suerte. Y todo parecía andar bien... hasta que la familia comenzó a crujir. Las mujeres comenzaron a tener tiempo para todo, menos para sus esposos e hijos. El cambio en la forma de vida y en la psicología, condujo al divorcio. Y los divorcios destruyeron el futuro de los niños. Y los niños, creciendo, imitaron a sus padres y, así, generación tras generación, se fue entrando en un círculo vicioso...

En la Rusia actual, dos de cada tres familias se separan y esa tendencia no tiene visos de ceder en el futuro inmediato. Me he encontrado con casos en los que la idea de madre soltera se ha transmitido de generación en generación. El más representativo: abuela divorciada que educa sola a su hija y ésta, en su momento, no consigue entenderse con su esposo, transmitiéndole esa experiencia a su propia hija. Y la nieta, procesando equivocadamente todas esas vivencias, finalmente se queda sola con una pequeñita. Y cuando esa pequeñita crece y hace su propia vida, sufre por el comportamiento de su propia hija, pero a la vez, cultiva en ella esos rasgos de carácter que seguramente la harán incapaz, en el futuro, de entenderse con el hombre con quien se case. Los estereotipos negativos de comportamiento hacia el sexo opuesto están tan enraízados en esta familia, que es muy difícil conseguir cambiarlos. Es como el peso de la herencia: cada generación la sufre con una creciente intensidad.

Es interesante que la mayoría de divorcios, en el mundo entero, se ejecutan por iniciativa de las mujeres. ¿Por qué? ¿No les parece extraño? Las mujeres tuvieron, a lo largo de los siglos, un rol completamente opuesto, ¡el de centinelas del hogar familiar! Esto significa que algunos cambios dramáticos han sucedido en la psicología y en el carácter de la mujer, si la institución familiar ha empezado a derrumbarse, enterrando a todos bajo sus ruinas: hombres, niños y, desde luego, a las mismas mujeres.

(Traducido de: Tatiana L. Şişova, Probleme şi dificultăţi în educarea copiilor: îndrumar pentru părinţi, traducere din limba rusă de preot Nicolae Creţu, Editura Sophia, Bucureşti, 2012, pp. 222-223)