Palabras de espiritualidad

La verdadera alegría

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Las alegrías del mundo son cosa pasajera, algo momentáneo, no como la alegría meramente espiritual. La alegría espiritual es, en verdad, la vida del Paraíso.

Solamente con Cristo es posible encontrar la más pura y verdadera felicidad, porque sólo Él concede la alegría y el consuelo reales. Ahí donde está Cristo, ahí también hay una felicidad auténtica y un regocijo paradisíaco. Los que están lejos de Dios no pueden sentir ese gozo. Puede que se hagan ilusiones: “Haré esto, haré lo otro, iré a tal lugar, iré a aquel otro sitio”; ya pueden recibir la honra de los demás o buscar alegrarse con toda clase de distracciones, que el contento que sentirán será incapaz de llenarles el alma. Y es que el alma no se siente realizada con la alegría material del mundo, porque esta siempre deja un vacío en el corazón del hombre. ¿Qué dice Salomón al respecto? “Reflexioné sobre todas las obras que mis manos habían hecho y sobre la fatiga que me había tomado por hacerlas, y he aquí que todo es vanidad, andar a la caza del viento, y no queda provecho alguno bajo el sol” (Eclesiastés 2, 11).

Las alegrías del mundo son cosa pasajera, algo momentáneo, no como la alegría meramente espiritual. La alegría espiritual es, en verdad, la vida del Paraíso.

(Traducido de. Cuviosul Paisie Aghioritul, Patimi și virtuți, Ed. Evanghelismos, București, 2007, p. 300)