Palabras de espiritualidad

La vida del cristiano y la contrición

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

Tenemos junto al Padre un defensor, Jesucristo, el justo” (I Juan 2, 1). Si pecaste, reconoce tu pecado y arrepiéntete.

¿Cómo empieza la vida cristiana, por medio del Sacramento de la Confesión?

La vida cristiana en la Gracia debería empezar con el Santo Bautismo. Pero son pocos los que conservan ese don: la mayoría de cristianos lo termina perdiendo. Todos conocemos personas que en mayor o menor medida se han ido desviando del camino correcto: debido a que han empezado mal, con el tiempo aquel error ha terminado enraizándose fuertemente en su interior. Hay otros que quizás han tenido un buen comienzo, pero en sus primeros años de juventud, sea por iniciativa propia o al ser tentados por otros, han terminado olvidando aquel comienzo y llenándose de malos hábitos. Son personas que no llevan una verdadera vida cristiana. Para tales casos, nuestra santa Fe tiene el Sacramento de la Contrición. “Tenemos junto al Padre un defensor, Jesucristo, el justo” (I Juan 2, 1). Si pecaste, reconoce tu pecado y arrepiéntete. Dios te perdonará y te otorgará un “corazón nuevo y espíritu nuevo” (Ezequiel 36, 26). No hay otro camino: deja de pecar o arrepiéntete cuando lo hagas.

A juzgar por el número de aquellos que se han perdido aún siendo bautizados, se puede decir que la contrición se ha convertido en la única fuente de la verdadera vida cristiana. Es necesario que sepamos que, en el Sacramento de la Contrición, algunos necesitan solamente purificarse, que el don de la vida en la Gracia, antes activo en ellos, se encenderá de nuevo. Otros recién han adquirido el comienzo en esa vida o están por recibirlo una vez más.

(Traducido de: Sfântul Teofan Zăvorâtul, Calea spre mântuire, Editura Bunavestire, pp. 38-39)