Palabras de espiritualidad

Las calamidades naturales y la voz de Dios

    • Foto: Victor Larie

      Foto: Victor Larie

Creemos que todo lo que Dios hace con nosotros, lo hace por amor a nosotros. Así que debemos entender que, por amor a nosotros, Dios permite esos desastres naturales.

Recientemente me pidieron que escribiera algo sobre los terremotos y demás calamidades naturales. ¿Qué significado tienen, desde un punto de vista espiritual? ¿Representan una señal del descontento de Dios con nosotros? ¿O son simples sucesos determinados por las fuerzas de la naturaleza, mismas que no pueden ser controladas? Mi primera reacción fue la de evitar responder a tal petición. Sentía que mis opiniones no iban a coincidir con las enseñanzas de la Iglesia. Sin pensarlo mucho, me hubiera alineado con quienes creen que se trata de sucesos trágicos pero imprevisibles. Esta es la explicación más sencilla, misma que carece de algún sentido espiritual. Pero, en el fondo de mi alma quería encontrar una respuesta basada en las enseñanzas de la Iglesia. Finalmente, en la Biblia hay un sinfín de enseñanzas y todo lo que hacemos tiene un significado espiritual...

La perspectiva ortodoxa demuestra que todo lo que sucede parte de la voluntad de Dios. Él es Todopoderoso, el Creador de Todo. Si Él lo quisiera, podría impedir esos desastres. Por otra parte, creemos que todo lo que Dios hace con nosotros, lo hace por amor a nosotros. Así que debemos entender que, por amor a nosotros, Dios permite esos desastres naturales. Ese amor es lo que nos une a Él en la eternidad del Paraíso, de la misma forma en que fuimos creados. He aquí algunos pensamientos de la sabiduría de los Santos Padres de la Iglesia.

San Isaac el Sirio: “Un período de aflicciones es beneficioso para cada uno: los laboriosos son puestos a prueba para que después su cosecha crezca; los que viven lejos de Dios son probados para que se acerquen a Él y los que viven cerca de Dios son puestos a prueba para que se le acerquen aún más.”

San Basilio el Grande: “Si nadie hace un esfuerzo por arrepentirse, luego aparecen esas lamentables manifestaciones: ¿por qué hay sequía? ¿por qué llueve? ¿por qué caen los rayos? ¿de dónde proviene el granizo? Todo esto es enviado a los que no nos arrepentimos sino cuando nos vemos golpeados y afectados.”

San Juan Crisóstomo: “Dios es Todopoderoso y podría detener todas las catástrofes, pero antes debemos arrepentirnos, para que Él vea que queremos cambiar.”

San Paisos el Hagiorita: “Hay muchos motivos por los cuales Dios permite que ocurran esos desastres. A veces, Dios permite que ocurra una calamidad para que luego siga algo bueno. Otras, porque Dios quiere aleccionarnos o corregirnos en nuestras faltas. Unos son recompensados, en tanto que otros pagan una deuda: nada se pierde. Sepamos que, cualquier cosa que Dios permita, aún la misma extinción del mundo, es por Su amor a nosotros.”

San Pablo Apóstol, en su Carta a los Romanos: “Al mismo tiempo nos sentimos seguros incluso en las tribulaciones, sabiendo que la prueba ejercita la paciencia, que la paciencia nos hace madurar y que la madurez aviva la esperanza, la cual no quedará frustrada, pues ya se nos ha dado el Espíritu Santo, y por él el amor de Dios se va derramando en nuestros corazones”. (Romanos 5, 3-5)”... “Estad siempre alegres. Orad sin cesar. Dad gracias en toda coyuntura, porque esto es lo que Dios quiere de todos vosotros en Cristo Jesús.” (I Tesalonicenses 5, 16-18)”