Palabras de espiritualidad

Los hijos, una bendición del amor de Dios

    • Foto: Anda Pintilie

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Hasta el mal que consigue provocar el demonio, Dios lo trastoca y lo convierte en un gran bien. Entonces, ¡no hay que angustiarse!

Padre, actualmente hay muchas parejas jóvenes que no quieren tener hijos, viendo el mundo que esos pequeños tendrían que enfrentar: contaminación por sustancias químicas, radiación de armas nucleares, una vida llena de desasosiego, una sociedad salvaje, guerras, hambrunas, asesinatos, toda clase de violencia, secuestros... Si ya estamos en la era del Anticristo, ¿realmente vale la pena casarse y tener hijos?

—La cosa no es así. Veamos, ¿los cristianos de los tiempos de persecución no se casaban? ¡Claro que se casaban y también tenían hijos! Toda su esperanza estaba asentada en Cristo, que no en los hombres. Ese tipo de ideas, como las que acabas de expresar, demuestran simplemente tu falta de fe. Dios puede arreglarlo todo en un instante. Él puede disipar todas las anomalías en un abrir y cerrar de ojos. Y es que el hombre suele planificar, proyectar... pero también Dios tiene Sus propios planes. Si tan sólo supiéramos cuántas veces el demonio ha envuelto el mundo con su cola, listo para destruirlo... pero Dios no se lo permite, le arruina todos sus planes. Hasta el mal que consigue provocar el demonio, Dios lo trastoca y lo convierte en un gran bien. Entonces, ¡no hay que angustiarse!

Fuente: http://orthodoxigynaika.blogspot.ro/2010/12/blog-post_11.html