Palabras de espiritualidad

Los justos son el baluarte de cada ciudad

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

Auxilio, Señor, que ya no hay hombres justos, la lealtad ya no existe entre los hombres; sólo mentiras dice el uno al otro, labios aduladores, doblez de corazón.

Los justos son de provecho para el mundo también por medio de sus oraciones. Ellos protegen a los pecadores que viven a su alrededor, de todos los infortunios y tribulaciones que la ira de Dios envía sobre esos que lo enfadan a Él con sus pecados. En estas situaciones, los justos son para cada ciudad y nación lo que las columnas y los muros para una fortaleza, Esto lo afirman los Santos Padres. Así, San Juan Crisóstomo llama a los justos los "bastiones de una fortaleza", mientras San Ambrosio les llama "muros de roca". Así como los bastiones sostienen un edificio, así como los muros protegen y fortalecen una fortaleza, también los justos fortalecen y cuidan de su Fortaleza, apaciguando la ira de Dios y salvando a su ciudad de Su castigo…

A nosotros nos asombra el hecho que actualmente haya tantas guerras, ciudades arrasadas, países asolados y toda clase de luchas internas y tanto derramamiento de sangre. ¿Por qué? Desde luego, porque ha disminuido el número de justos: “Todos se desviaron, a una se corrompieron; no hay quien obre el bien, no hay siquiera uno (Romanos 3, 12). Todos se han rebelado, todos han empezado a enfadar a Dios, a burlarse de Su misericordia y a ofender a Su enorme paciencia. Todos cometen, sin ningún temor, toda clase de iniquidades y encienden el enojo de Dios. Esta es la razón por la cual vienen tantos infortunios sobre ellos. ¡Es evidente que ya no hay justos que le pidan al Señor por nosotros, los pecadores! Los Santos Profetas se entristecieron al ver que disminuía el número de justos en este mundo. Así, David clamó a Dios: “Auxilio, Señor, que ya no hay hombres justos, la lealtad ya no existe entre los hombres; sólo mentiras dice el uno al otro, labios aduladores, doblez de corazón (Salmos 11, 1-2)…

(Traducido de: Sfântul Dimitrie al Rostovului, Viața și Omiliile, Editura Bunavestire, pp. 104-105, 106-107)