Palabras de espiritualidad

Medicamento contra la soledad

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

A todos los que sufren de falta de afecto, les recomiendo que salgan, como si fueran polluelos rompiendo el cascarón, del egoísmo cotidiano e intenten servir a alguien. Y que no esperen una recompensa inmediata, sino que sirvan a los demás, por amor.

Usualmente se recomienda a las mujeres solas, que llenen su vida asistiendo a los niños de algún orfelinato. Pero no todas consiguen escapar del sentimiento de soledad haciendo esto. Una conocida me dijo: “Visitaba a esos niños, les daba afecto, pero también yo quería, al mismo tiempo, recibir atención y afecto humano.”

—Talvez ella no visitaba ese hospicio de la forma debida. Talvez asistía sólo para distenderse o porque no tenía nada más que hacer. Iba para recibir un medicamento en contra de la soledad, pero su corazón no se dejaba penetrar por la cercanía de esos niños, porque para ella no eran más que algo interesante de hacer. Por eso salió de allí igual de como entró.

Sé, por experiencia propia, que si ofreces afecto espiritual a otro, tu alma se llenará, igualmente, de afecto. Probablemente, en sus visitas, ella no consiguió deshelar los corazoncitos de los niños, tan faltos de consuelo y de afecto. Y esto, porque tampoco ella les abrió las puertas del suyo a esos pequeñitos.

Estoy convencido de que esos niños saben agradecer. Lo que ellos quieren es amar y sentir que alguien está con ellos. Sólo con ésto, ellos saben cómo recompensar el afecto recibido. Es imposible olvidar la mirada de un niño, cuando simplemente le acaricias la cabecita. Y si además le ofreces algo especial de comer o un juguete, te conviertes en más que un pariente para él.

Lo que ella debería hacer es cambiar su actitud hacia los niños. Tenía razón Shota Rustaveli, cuando escribió aquel aforismo, “Lo que ocultaste, ya se ha perdido; lo que diste, es tuyo”. Si ella quiere, sin embargo, redescubrir y experimentar qué son la comprensión, el afecto y el amor, no debe avergonzarse al ofrecer todo eso a los demás.

A todos los que sufren de falta de afecto, les recomiendo que salgan, como si fueran polluelos rompiendo el cascarón, del egoísmo cotidiano e intenten servir a alguien. Y que no esperen una recompensa inmediata, sino que sirvan a los demás, por amor.

(Traducido de: Dr. Dimitri Avdeev, Ioana Besedina, Femeia și problemele ei: perspectiva psihiatrului ortodox, traducere din limba rusă de Eugeniu Rigoti și Adrian Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, București, 2011, pp. 59-61)



 

a los demás, por amor.

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