Palabras de espiritualidad

Mientras más cerca se está de Dios, más se reconoce uno como un pecador

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

El anciano le preguntó: “¿Quién crees que eres en tu ciudad?”. Y el hombre le respondió: “Soy una persona muy importante, la más importante del lugar”

Un día, el abbá Doroteo fue visitado por un ciudadano de Gaza, y el anciano le preguntó:

— Dime, ¿quién crees que eres en tu ciudad?

Y el hombre le respondió:

—Soy una persona muy importante, la más importante del lugar. 

Entonces, el anciano le preguntó otra vez:

—Pero si vas a Cesarea, ¿quién creerás que eres allí?

El otro respondió:

—El último de todos los hombres comunes.

—¿Y si vas a Antioquía?

—Un hombre cualquiera.

—Y si vas a Constantinopla y te acercas al emperador, ¿quién creerás que eres?

Y respondió el hombre:

—Un indigente.

Entonces, el abbá le dijo:

—Lo mismo pasa con los santos: mientras más cerca están de Dios, más pecadores se ven a sí mismos.

(Traducido de: Preot Pavel Gumerov, Cele opt păcate de moarte și lupta cu ele: ascetica ortodoxă pentru mireni, traducere din limba rusă de Adrian Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, București, 2014, pp. 23-24)