Nunca te permitas cumplir con tu regla de oraciones según puedas. Debes cumplirla como si fuera lo más importante. Si tienes problemas con tu tiempo, puedes reducirla, pero nunca la cumplas con descuido. Si necesitas hacer esa reducción, pídele su bendición a tu padre confesor. O, si no puedes completarla hoy, hazlo mañana.

No olvides que Dios, Quien es Omnipresente, observa todo afán de agradarle y bendice a quien lo realiza.

(Traducido de: Sfântul Teofan Zăvorâtul, Sfaturi Înțelepte, Editura Egumenița, Galați, p. 343)