Palabras de espiritualidad

No olvidemos las secuelas del pecado

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

Nuestro principal cuidado debe ser la lucha contra el pecado, para alejar los pensamientos viles de la mente y los sentimientos viciosos del corazón.

Así es como llegamos al punto de pecar sin arrepentirnos, sin sentir ningún remordimiento, sin sentir dolor en el corazón. Y cuando esto sucede, es que nos faltan las condiciones elementales para recibir la misericordia divina. ¡Mantengamos esto en nuestra mente y en nuestro corazón! Entonces, ¡actuemos siempre con temor de Dios y preocupados por alcanzar la salvación! No olvidemos que cualquier enfermedad grave deja serias secuelas en el cuerpo; si dicha enfermedad aparece nuevamente, cederá con mucha más dificultad. Y si aparece por tercera vez, lo que traerá consigo será la muerte...

Analicemos cuáles son los motivos de nuestra caída. Raras veces caemos en pecado repentinamente. Usualmente, a la caída le anteceden pequeñas concesiones que vamos haciendo ante nuestros pensamientos, concesiones que cada vez se vuelven más y más grandes... De esta forma, en un determinado momento terminamos volviéndonos esclavos de nuestros pensamientos, que generan en nuestro corazón sentimientos perversos. De aquí es de donde brota el deseo de pecar. Y le sigue la caída...

Luego, nuestro principal cuidado debe ser la lucha contra el pecado, para alejar los pensamientos viles de la mente y los sentimientos viciosos del corazón. Sólo así desapacerá el peligro de sustituir el rechazo al pecado, que sentimos cuando tenemos un estado espiritual correcto, con el deseo de cometerlo.

(Traducido de: Sfântul Teofan Zăvorâtul, Călăuzire către viața duhovnicească, Editura Egumenița, p. 111-112)