Palabras de espiritualidad

Por qué a veces parece que Dios no nos responde

    • Foto: Constantin Comici

      Foto: Constantin Comici

Nuestro Buen Dios quiere librarnos de nuestras pasiones, pero no lo hace si estamos llenos de orgullo o de una predisposición a este.

¿Acaso nuestro Dios es el mismo que Baal? Dios escucha y ayuda. Aunque es posible que no sintamos su auxilio. Pero la causa de esto no es Él, sino nosotros mismos, cuando apartamos Su ayuda con nuestro orgullo.

Si no fuera por ese orgullo que nos ciega, nos daríamos cuenta de que es imposible que Dios no nos ayude. Nuestro Buen Dios quiere librarnos de nuestras pasiones, pero no lo hace si estamos llenos de orgullo o de una predisposición a este, porque podríamos llegar a creer que hemos vencido sin Su auxilio.

Por eso, cuando le pedimos a Dios con todo el corazón que nos ayude a librarnos de alguna pasión, y Él no nos auxilia, debemos entender que detrás de esa pasión se oculta una aún mayor, que es el orgullo. Pero, ya que no vemos el orgullo, Dios deja que perviva aquella pasión que sí se observa, como, por ejemplo, la gula, la ira y otras cosas semejantes, para que nos hagamos humildes. Y, cuando rechazamos nuestras pasiones, debido a nuestras constantes caídas, cuando conocemos nuestra debilidad y nos hacemos humildes, Dios nos ayuda y así es como vamos ascendiendo en lo espiritual, a veces a grandes pasos.

(Traducido de: Sfântul Cuvios Paisie Aghioritul, Cuvinte duhovnicești. Volumul V. Patimi și virtuți, traducere din limba greacă de Ieroschimonah Ștefan Nuțescu, Schitul Lacu - Sfântul Munte Athos, Editura Evanghelismos, București, 2007, pp. 25-26)