Palabras de espiritualidad

Recomendaciones para avanzar espiritualmente

    • Foto: Stefan Cojocariu

      Foto: Stefan Cojocariu

Si aceptas el encomio de los demás por alguna de tus virtudes, estás cometiendo medio pecado. Y si ni siquiera tienes esa virtud por la cual fuiste elogiado, entonces el pecado está completo.

- Cuando hagas tus oraciones, no pienses en nada más, ni bueno, ni malo, ni avives pensamientos aparentemente virtuosos, ni busques sentir experiencias espirituales supuestamente útiles. Tú solo ora y siente cada una de las palabras que estás pronunciando.

- El orgullo oculto es difícil de reconocer. El hombre solamente siente que no hay paz en su interior. Cuando hay uno que está enfermo de la mente y se envanece, Dios le da consuelo y regocijo, en tanto que aquel que tiene el orgullo oculto en su corazón no siente ningún sosiego ni consuelo. Lo que corresponde es, después del repectivo diagnóstico espiritual, recomendarle que no acepte ningún elogio y que renuncie a cualquier idea positiva que se haga de sí mismo. Si aceptas el encomio de los demás por alguna de tus virtudes, estás cometiendo medio pecado. Y si ni siquiera tienes esa virtud por la cual fuiste elogiado, entonces el pecado está completo. El hombre no tiene nada bueno que le sea propio, porque todo lo que tiene proviene de Dios.

- Es posible tranquilizar nuestra mente, pero no la conciencia, sobre todo si la tenemos petrificada.

- Todo esfuerzo ascético debe acompañarse de una actividad interior-espiritual y practicarse por amor a Cristo.

- Ni aún teniendo la razón debe el monje justificarse, si no quiere que su alma se convierta en un refugio para los demonios.

- El Santo Monte Athos florecerá. De él saldrán ascetas que alcanzarán un nivel muy elevado de virtud espiritual. Saldrán monjes buenos, los cenobios se llenarán. El material que hay ahora también es muy bueno. También la siguiente generación será buena. Sin embargo, más tarde vendrán otros, quienes, hastiados del mundo y habiendo probado de todo, no serán capaces de hallar paz en ninguna parte; así, finalmente elegirán el camino del monasterio. También estos podrán avanzar, solamente si así lo quieren. (Palabras pronunciadas en 1978)

- La templanza en las cosas del cuerpo fortalece al hombre. Y si además practica una sólida forma de vida espritiual, dicho equilibrio le ayuda a fortalecerse también en las cosas del alma.

- La vigilia que hacemos los monjes es como un banquete lleno de manjares espirituales.

- Nosotros oremos y dejemos que los perros ladren (los pensamientos que nos induce el demonio). Y finalmente nos dejará en paz, diciendo: “¡No quiero hacer de este un santo!”.

(Traducido de: Din tradiția ascetică și isihastă a Sfântului Munte, 2011)