Palabras de espiritualidad

San Cosme de Etolia y la igualdad entre hombre y mujer

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

Por eso, es importante que nos formemos, para que podamos entender en qué terreno nos hallamos. Así, hermano, no te comportes con tu esposa como si fuera una esclava, porque ella, como tú, es una criatura de Dios.

«El hombre (varón), hijos míos, dio una parte suya para que la mujer fuera creada, y permaneció entero.

Podría decirse que la mujer le pidió prestada esa costilla al hombre, y tiene una deuda con él. Desde entonces, a este mundo han venido tantas mujeres como estrellas hay en el cielo o granos de arena en el mar. Pero ninguna de ellas ha sido merecedora de engendrar un hombre que pudiera pagar esa deuda, a excepción de la Santísima Madre del Señor, quien, por su pureza, se hizo digna de dar a luz a nuestro Dulcísimo Jesucristo, por obra del Espíritu Santo y sin participación de varón, permaneciendo virgen para siempre.

¿Ven, hermanos míos, qué misterios gozosos encierra nuestra Santa Iglesia? Pero son misterios, y no están al alcance de todos. Por eso, es importante que nos formemos, para que podamos entender en qué terreno nos hallamos.

Así, hermano, no te comportes con tu esposa como si fuera una esclava, porque ella, como tú, es una criatura de Dios, y Él se hizo crucificar tanto por ti como por ella. Tú llamas “Padre” a Dios, y también ella lo hace. Ambos tienen un Bautismo, una fe, Ella comulga con la Santisima Eucaristía, tal como lo haces tú.

Dios no hizo a la mujer inferior al hombre, por eso la creó de su costado, para que el hombre sea como un sultán, y la mujer como un visir, es decir que el hombre sea la cabeza, y la mujer el cuerpo. Dios no creó a la mujer tomando una parte de la cabeza del hombre, para que después no llegara a a despreciarlo, pero tampoco (tomando una parte) de los pies del hombre, para que este no la despreciara a ella».

(Traducido de: Viața și Învățătura Cuviosului Cosma Etolianul, Editura Deisis, 2001, p. 51)