Palabras de espiritualidad

“¡Seguramente están hablando de mí!”

    • Foto: Benedict Both

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Translation and adaptation:

Si la persona no detiene esos pensamientos, sino que los deja crecer, ¿a dónde llegará? A convencerse de que todos le siguen y le acechan.

Padre, ¿qué puede hacer alguien que cree que todos hablan de él, o que le acechan constantemente? ¿Cómo alejar esos pensamientos?

—En primer lugar, hay que saber que esto es obra del demonio, en su intento de enfermar al individuo. ¿Qué debe hacer la persona en tal situación? Dejar pasar esos pensamientos, sin prestarles atención. De lo contrario, se verá sometida por el engaño... Si, por ejemplo ve que dos conocidos suyos hablan en voz baja, creerá que le están juzgando: “Seguramente están hablando de mí. ¡Jamás hubiera esperado que fueran capaces de algo así!”, Pero, ¿y si los otros estaban hablando de algo completamente distinto? Por eso, si la persona no detiene esos pensamientos, sino que los deja crecer, ¿a dónde llegará? A convencerse de que todos le siguen y le acechan. Y aunque tuviera pruebas concretas de que es así, es que el mismo demonio astutamente ha dispuesto todo para llevarle a dicha convicción. ¡Ay, si supiéramos cómo trabaja el demonio cuando algo le interesa!

Personalmente, debo decir que conozco a un joven, quien, a pesar de ser muy inteligente, tiene un pensamiento recurrente que le dice que no es una persona equilibrada. Aceptando esos pensamientos que le induce el maligno, el pobre muchacho se ha ido formando cualquier número de complejos. Una vez hasta intentó suicidarse, cosa que afectó muchísimo a sus padres. Dios le concedió numerosos dones y talentos, pero el demonio se los ha ido bloqueando, y así el muchacho y su entorno han llegado a un punto de enorme sufrimiento. ¡No entiendo cómo hay personas que aceptan semejantes pensamientos, claramente diabólicos, y hacen de su vida un tormento, oponiéndose a Dios, Quien tanto nos ama y tanto bien nos hace! Lo más triste del caso es que no importa cuánto aconsejes a dicha persona, porque nada le sirve. Si no toma la determinación de dejar de escuchar lo que le susurra el demonio, en vano te esforzarás en ayudarle.

(Traducido de: Cuviosul Paisie Aghioritul, Nevoință duhovnicească, III, Editura Evanghelismos, p. 44-45)