Palabras de espiritualidad

¡Señor, te pido que vengas a mi corazón!

    • Foto: Stefan Cojocariu

      Foto: Stefan Cojocariu

Espiritualizándose, el hombre llega a deificarse. ¡Qué prodigioso don! ¡Pero qué fácilmente es soslayado por los hombres, qué poco lo valoran, qué pocos son los que lo buscan!

Por primera vez, se siente la cercanía de Dios cuando el espíritu empieza a reclamar sus derechos, con los movimientos del temor de Dios y de la conciencia. Entonces, cuando la conciencia y la libertad se inclinan hacia ese lado, Dios entra en comunión con el hombre y viene a morar en él. A partir de ese instante, el alma y el cuerpo empiezan a sublimarse, al igual que el hombre interior y el exterior, hasta que Dios se vuelve todo en aquella persona. Así, espiritualizándose, el hombre llega a deificarse. ¡Qué prodigioso don! ¡Pero qué fácilmente es soslayado por los hombres, qué poco lo valoran, qué pocos son los que lo buscan!

(Traducido de: Sfântul Teofan Zăvorâtul, Tâlcuiri din Sfânta Scriptură pentru fiecare zi din an, Editura Sophia, București, p. 42)