La práctica de la templanza y la abstinencia no es algo difícil, basta con desearlo y mantenerse lejos de las causas del pecado. Dime, ¿hay algo más sencillo que caminar? Y, sin embargo, puede resultar pesado, extenuante y hasta doloroso para las personas que tienen sobrepeso, o para quienes no practican este ejercicio por comodidad.

No hay nada difícil de hacer, cuando tenemos la voluntad de hacerlo. Todo depende de nosotros. Del hecho de querer o no lograr algo.

(Traducido de: Sfântul Ioan Gură de Aur, Problemele vieții, Editura Egumenița, Galați, 2007, p. 39-40)