Palabras de espiritualidad

¡Ten piedad, Señor! ¡Ten piedad, Señor, de la humanidad!

    • Foto: Constantin Comici

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Translation and adaptation:

Debemos comportarnos con cada individuo que sufre de ellos como si de un enfermo se tratase, con un indulgente amor.

Todo hombre sufre en este mundo por causa de la peste del pecado, la ceguera del pecado, la confusión del pecado. Y ya que el pecado toma, la mayoría de las veces, la forma de la maldad y el orgullo, debemos comportarnos con cada individuo que sufre de ellos como si de un enfermo se tratase, con un indulgente amor.

Esta es una importante verdad que solemos olvidar. Incluso, procedemos al revés: estimulamos el mal agregándole nuestra propia maldad y al orgullo le oponemos nuestra propia vanidad. Con esto, lo único que conseguimos es que crezca el mal en nosotros, sin lograr que desaparezca, sin que sane... y nuestra enfermedad sigue avanzando.

¡Ten piedad, Señor! ¡Ten piedad, Señor, de la humanidad!

(Traducido de: Sfântul Ioan de Kronstadt, Viața mea în Hristos, Editura Sophia, 2005, p. 305)