"Casándome contigo, prometo conocer y amar a Dios, y conocerte y amarte a tí. Puedo aprender a amar, tan sólo concientizando el amor de Dios por mí. Por eso, prometo buscarlo cada día y abrirme a Su amor, por nosotros.

Prometo no dejar nunca de amarte. Prometo ser comprensivo con tus debilidades, ser bueno y perseverante y abstenerme de los celos y la envidia. Prometo evitar controlarte y ofrecerte toda la libertad que necesites para que alcances ese propósito que Dios te dio.

Me esforzaré en no ser tosco o insensato con tus necesidades y deseos. Quiero ser dócil contigo, sin ejercer mi poder sobre tí, o intentar dominarte.

Pero, lo que más deseo es conseguir que sientas el amor que Cristo tiene por tí, a través de mí.

Prometo intentar, con la ayuda de Dios, que me pasen desapercibidos tus errores, pecados, caídas e inconsecuencias, perdonarte con alegría y recordar siempre que también yo te he decepcionado y enojado, muchas más veces de lo que tú lo has hecho conmigo.

Intentaré mostrarte un amor profundamente conmovido cuando sufras o cuando algo te suceda, un amor que responda a tus necesidades con los brazos abiertos y no con el rechazo. Prometo rehacer y dignificar, no despreciar ni someter, delatar o criticarte. Cuando otros te abandonen o se alejen de tí, estaré a tu lado, hasta el final.¡Prometo serte plenamente fiel e incondicional!

Todo esto te lo prometo, siendo consciente que, ante todo, debo confiar con todo mi corazón en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, así como soy y seré, por medio de Su Gracia."

Esta es mi promesa frente al Señor y frente a tí”

John Mack, Ghid pentru dobândirea armoniei in familiile ortodoxe, Editura Sophia)