Palabras de espiritualidad

Los ángeles enumeran cada paso que damos hacia Dios

    • Foto: Constantin Comici

      Foto: Constantin Comici

Yendo diariamente —con gran esfuerzo—a traer agua, en un momento dado aquel anciano se enfadó: “¿Para qué necesito yo de este cansancio diario? Mejor me iré a vivir al lado del manantial, para no agotarme más de esta manera”. Pero al pensar esto, sintió que había alguien detrás suyo, siguiéndolo. Entonces, se detuvo a esperar al que lo seguía. Y le preguntó, “¿Quién eres?”.

Un anciano vivía en soledad, a unos veinte kilómetros del próximo manantial. Yendo diariamente —con gran esfuerzo—a traer agua, en un momento dado aquel hombre protestó: “¿Para qué necesito yo de este cansancio diario? Mejor me iré a vivir al lado del manantial, para no agotarme más de esta manera”. Pero al pensar esto, sintió que había alguien detrás suyo, siguiéndolo. Entonces, se detuvo a esperar al que venía detrás suyo. Y le preguntó, “¿Quién eres?”. El otro le respondió, “Soy un ángel del Señor y he sido enviado a contar tus pasos. Mientras más camines, más grande será la recompensa que Dios prepare para ti”. Escuchando esto, el anciano decidió trasladar su vivienda aún más lejos del manantial, para que, caminando más, su retribución fuera aún más grande.

(Traducido de: Adrian Alui Gheorghe, Părintele Iustin Pârvu: o misiune creștină și românească, Editura Doxologia, Iași, 2013, pp. 219-220)

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