Hay unos que ayunan durante un cierto tiempo, pero después se entregan a comer toda clase de alimentos gustosos. ¿Por qué? Porque muchos empiezan a ayunar y a practicar esfuerzos espirituales que superan sus propias capacidades, para después debilitarse por no haber sabido guardar cierto equilibrio, de manera que pronto vuelven a comer lo que les apetece y a dormir para fortalecer nuevamente su cuerpo.

Proceder así es igual a crear algo, para después destruirlo, porque, el cuerpo, debido a las privaciones a las que se ha visto sometido con el ayuno, siente el impulso de volver a sus antiguos placeres y comodidades, y esos placeres son justamente los que despiertan las pasiones.

(Traducido de: Sfântul Cuvios Paisie Velicikovski, Crinii țarinii, Editura Bisericii Ortodoxe din Moldova, Orhei, 1995, pp. 13-14)