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“¿Por qué fue que Dios se reveló al mundo en Belén, en el Jordán, en el Monte Tabor, en el Gólgota? Para asumir el peso de nuestro sufrimiento”. Palabras del Metropolitano Teófano, en la celebración de la Epifanía

  • Foto: Tudorel Rusu

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  • Foto: Adrian Sarbu

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“No debemos ceder ni renunciar a la lucha, mucho menos perder el valor, y, ¡Dios nos libre!, caer en la desesperanza. ¿Por qué les hago esta exhortación? Porque, amados fieles, ¡Dios es grande y poderosa es la protección de la Santísima Madre de Dios, así como las oraciones de los santos!”.

Después de que ayer, en las vísperas, los fieles ortodoxos se prepararon con ayuno y oración para la luminosa festividad del Bautismo del Señor, hoy, en el día de esta importantísima efeméride, muchos de ellos participaron en la Divina Liturgia, así como en el oficio de la Gran Santificación del agua.

En Iaşi, ya desde las primeras horas de la mañana, un considerable número de fieles provenientes de los distintos sectores de la ciudad encaminaron sus pasos al Ensamble Metropolitano, en donde la Divina Liturgia de la Epifanía fue celebrada en cinco espacios diferentes, en distintos altares y por distintos sacerdotes, para evitar aglomeraciones y respetar las recomendaciones sanitarias. (…) En la Catedral Metroplitana, la Divina Liturgia fue celebrada, de acuerdo a la tradición, por Su Alta Eminencia Teófano, al lado de un grupo de sacerdotes y diáconos.

Después de la lectura de la Oración del ambón, los sacerdotes concelebrantes salieron al atrio de la Catedral Metropolitana, acompañados por el tañido de las campanas y la entonación de los troparios específicos de la fiesta del Bautismo de nuestro Señor Jesucristo, para oficiar la Gran Santificación del agua. Para esto fueron emplazados ocho recipientes con una capacidad de quinientos litros de agua cada uno.

«¿Por qué fue que Dios se reveló al mundo en Belén, en el Jordán, en el Monte Tabor, en el Gólgota? Dios descendió al mundo y se nos reveló, para asumir el peso de nuestro sufrimiento. Solamente aquel que nunca ha estado enfermo desconoce qué bueno es tener al alcance un médico que te ayude, amigos que te visiten y hermanos cristianos que oren por ti cuando enfrentas el sufrimiento. Dios se reveló en el Jordán, justamente para tomar para Sí el peso del sufrimiento de la humanidad entera, o, mejor dicho, para llevarlo con nosotros. Como todos sabemos, el año pasado fue uno muy complicado. Este año tampoco parece muy alentador, desde un punto de vista meramente humano. Entonces, no debemos ceder ni renunciar a la lucha, mucho menos perder el valor, y, ¡Dios nos libre!, caer en la desesperanza. ¿Por qué les hago esta exhortación? Porque, amados fieles, ¡Dios es grande y poderosa es la protección de la Santísima Madre de Dios, así como las oraciones de los santos!», dijo el Metropolitano Teófano a los fieles, al pronunciar su homilía.

Al terminar la ceremonia, el Metropolitano de Moldova y Bucovina asperjó con la “Gran Aghiasma” (agua bendita) a los fieles presentes.

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