Acepta todo lo que te lleve a la humildad, aunque duela
Lo primero que debes pedir en tus oraciones, siempre, es que Dios te haga humilde de pensamiento. Persevera en esta petición, porque sin una mente humilde, no podrás realizar nada bueno o digno de recompensa.
Lo primero que debes pedir en tus oraciones, siempre, es que Dios te haga humilde de pensamiento. Persevera en esta petición, porque sin una mente humilde, no podrás realizar nada bueno o digno de recompensa. Así como dice el Santo Apóstol Pablo, “¿Qué tienes que no hayas recibido? Y si lo has recibido, ¿por qué te alabas a ti mismo como si no lo hubieras recibido?” (I Corintios 4, 7). “Dios detesta el corazón soberbio”. (Proverbios 16, 5). Por eso, hijo mío, lucha contra este desagradable pecado, con una mente humilde y contemplando la enorme humildad que el Señor de la Gloria nos demostró haciéndose uno de nosotros y soportando los insultos, difamaciones, suplicios y la crucifixión. Todos los santos de Dios demostraron poseer una sencillez excepcional, por medio de la cual se santificaron, enseñándonos que no existe otro camino hacia la salvación. Acepta todo lo que pueda ofrecerte humildad, aunque te duela y te haga sentir como si vas a morir. El resultado de ese dolor será bendición de Dios y un progreso hacia la virtud más alta, la humildad.
(Traducido de: Comori duhovniceşti din Sfântul Munte Athos – Culese din scrisorile şi omiliile Avvei Efrem, Editura Bunavestire, 2001, p. 201)