Actuando, encontraremos nuestra salvación
Si quieres salvar tu alma y alcanzar la vida eterna, despiértate del letargo en el que te encuentras, persígnate y dí: “En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.”
Si quieres salvar tu alma y alcanzar la vida eterna, despiértate del letargo en el que te encuentras, persígnate y dí: “En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.”
No encontrarás la fe meditando, sino actuando. No son las palabras y las especulaciones las que te enseñerán qué es Dios, sino la formaen que lo vives.
Para que entre aire puro, debemos abrir la ventana. Para broncearte es necesario que recibas la luz del sol. Lo mismo sucede con la fe: es imposible que alcancemos nuestro propósito desde nuestra comodidad y simplemente esperando que suceda, así como lo dicen los Santos Padres. Recordemos la parábola del hijo pródigo. Se levantó y empezó a andar.
(Traducido de: Tito Colliander, Calea Asceţilor, tradusă de părintele Dan Bădulescu, Editura Scara, Bucureşti, 2002, p. 5)