Palabras de espiritualidad

Algunos consejos del padre Proclu Nicău

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Translation and adaptation:

¡No pidan obrar milagros! El don más grande es ver nuestros propios pecados y llorar por ellos.

Si la muerte sorprende a un pecador en contrición, éste se salvará.

Con nuestros malos actos insultamos a Dios.

¡No pidan obrar milagros! El don más grande es ver nuestros propios pecados y llorar por ellos.

No te bases en la santidad de los hombres, sino en el temor de Dios. Sólo así podrás considerar santos a todos, no sólo a uno y pecadores a los demás.

Debes confiar que el Espíritu Santo vendrá a ayudarte; el arrepentimiento y el llanto te ayudarán a levantarte.

Jamás pienses “¡Listo! ¡Dios me ha salvado!”.

Si te hallas en peligro de muerte y esto te provoca pavor, es que aún tienes mucho de qué arrepentirte.

Es muy importante impedir que nos venza la ira en la tentación. Para esto hay que orar y pedir el auxilio de Dios.

El demonio busca desesperadamente la forma de aturdirnos y ocupar nuestra mente. Pero ¡cuán provechosa es la Confesión para luchar con él!

Cuando el Espíritu Santo toca tu corazón, tu alma pareciera arder de añoranza por Dios, de amor por Cristo.

Cuando sientas que titubeas, vuelve a la contrición.

Un alma que busca purificar su corazón, comienza a vivir desde aquí la eternidad. Y es que no le quedan ya dudas sobre la resurrección de los muertos.

(Traducido de: Părintele Proclu Nicău, Lupta pentru smerenie și pocăință, Editura Agaton, p. 92)