Debemos agradecerle al Señor por todo, puesto que con justicia nos manda los esfuerzos necesarios para que obtengamos la paciencia, porque ésta es más beneficiosa para nosotros que el consuelo que enaltece el alma. (San Moisés)

A Dios le agrada mucho lo que hacemos habiendo recibido antes la bendición para realizarlo. Así es como debemos vivir, de forma que cada pequeño trabajo nuestro sea bendecido. (San Antonio)

No hagamos nada sin la bendición (de nuestro padre espiritual). Si los laicos, para las cosas más o menos importantes, piden el consejo de otros más experimentados, con mayor razón el monje debe vivir en obediencia. (San Barsanufio)

Los peldaños a la felicidad son diferentes, en función de los méritos de cada uno. Unos estarán con los Serafines, etc. Si tan sólo conseguiéramos entrar entre los que se han salvado... (San Barsanufio)

Nuestro Señor Dios, en las profundidades de Su inefable sabiduría, no siempre cumple con todas nuestras peticiones, sino que hay veces en que las posterga por un tiempo; sin embargo, no hay una sola cosa buena, ejecutada en Su nombre, que quede sin recompensa. Si no retribuye a los padres, lo hace abundantemente con los hijos, porque el Señor es justo y no hay injusticia en Él. (San Antonio)

(Traducido de: Ne vorbesc Stareţii de la Optina, Editura Egumeniţa, 2007, pp. 6-7; 10-11)