¡Ama a tu esposa como a ti mismo!
¡De la misma forma en que cuidas tu cuerpo, así debes cuidar a tu esposa! Si no odias tu propio cuerpo, no debes odiarla tampoco a ella.
“Así deben también los maridos amar a sus esposas como aman a sus propios cuerpos: amar a la esposa, es amarse a sí mismo.” (Efesios 5, 28). ¿Y qué haces por tu cuerpo? Por ejemplo, ¿lo mantienes hambriento? Si tienes hambre, ¿no buscas desesperadamente algo de comer? ¿No buscas darle la mejor comida, la mejor bebida? Lo mismo debes hacer con tu esposa, porque “nadie aborrece su cuerpo; al contrario, lo alimenta y lo cuida” (Efesios 5, 29). ¡De la misma forma en que cuidas tu cuerpo, así debes cuidar a tu esposa! Si no odias tu propio cuerpo, no debes odiarla tampoco a ella.
(Traducido de: Arhimandrit Vasilios Bacoianis, Căsătoria, Editura Tabor, Bucureşti, 2010, p. 83)