“Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón”
Nuestro corazón simplemente no puede servir a dos señores, a Dios y al maligno, o a la riqueza.
“Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente” (Mateo 22, 37). ¿Por qué “con todo el corazón”? Porque el Señor creó todos los corazones para Él, para vivir completamente en ellos, y no de forma parcial; además, nuestro corazón simplemente no puede servir a dos señores, a Dios y al maligno, o a la riqueza (Mateo 6, 24): no se le puede dividir.
Y si apartas de Dios tu corazón, así sea una pizca, el maligno no tardará en venir a llenarlo, porque lo que él busca es devorarnos (I Pedro 5, 8). ¡Mira qué ley psicológica! Dividir el corazón es algo terriblemente peligroso y dañino.
(Traducido de: Sfântul Ioan de Kronstadt, Despre tulburările lumii de astăzi, Editura Sophia, București, 2011, pp. 73-74)