Aprendan a reconocer la belleza interior
Debemos recordar que lo exterior desaparece, mientras que lo interior permanece, florece y transforma lo exterior.
El hombre debe tener, inexorablemente, la suficiente agudeza para poder vislumbrar la belleza interior del otro. Debemos recordar que lo exterior desaparece, mientras que lo interior permanece, florece y transforma lo exterior. La familia tiene una gran importancia en la formación de esa capacidad de ver el contenido interior de la persona. La educación cristiana le abre al niño la posibilidad de establecer, en todos los sentidos, la prioridad de los valores espirituales y de relegar lo material a un segundo o tercer plano. Si la persona crece en una atmósfera así, cuando empiece a vivir por su cuenta no errará, normalmente, al tomar las decisiones de importancia para su vida.
(Traducido de: Dmitry Semenik, Dragostea adevărată, Editura Sophia, Bucureşti, 2009, p. 196)